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viernes, 27 de enero de 2017

79. Los Prerrafaelitas (4): Dante Gabriel Rossetti (1828-1882)

D. G. Rossetti (Londres, 1828-Birchington-on-sea, 1882) fue uno de los tres fundadores de la Hermandad Prerrafaelita. Hijo de un exiliado italiano (su padre, conservador del Museo de Nápoles, tuvo que abandonar Italia por cuestiones políticas y se instaló en Londres) Rossettí -pintor y poeta- se convertiría en uno de los artistas más reconocidos y valorados del movimiento. Sus obras, plagadas de retratos de mujeres fascinantes, son valoradas incluso hoy en día a pesar de que nuestra época poco o nada tiene que ver con los planteamientos que las originaron.
En 1846 comenzó su formación artística en la Royal Academy y allí conoció y entablo amistad con Hunt, Millais, Burne-Jones y Brown. 
De sus esfuerzos juveniles para revalorizar las artesanías y las artes -algo alicaídas debido a los procesos de producción industrial que empezaban a hacer estragos en la Inglaterra de la época- surgió, como hemos vistos en posts anteriores, la Hermandad Prerrafaelita. Reivindicar una Edad Media idealizada, los valores -y la estética- caballerescos, además de las figuras de los pintores y creadores prerranancentistas se convirtió en su particular seña de identidad y en una forma de rebeldía ante la producción en serie y la vulgaridad que parecía imponerse en  los inicios de la industrialización.
    Rossettí expuso en 1849, dentro de la Free Exhibition, La Educación de la Virgen, un cuadro que      -a pesar de estar lleno de devoción y ser formalmente poco atrevido- fue rechazado por buena parte de la critica.
Esta fue la primera obra en la que aparecerían las siglas P.R.B., casi como una consigna secreta que identificaría a los seguidores de la Hermandad.
Poco después presentó Ecce Ancilla Domini! (La Anunciación), un lienzo sumamente luminoso repleto de tonos blancos y azules que, de alguna manera, remite a las tablas primitivas del siglo XV pero que también confiere al tema un tratamiento novedoso ya que la Virgen aparece como una muchacha asombrada -y asustada- ante un anuncio cuyas consecuencias no parece tener totalmente claras. Por descontado los críticos protestantes pusieron el grito en el cielo y las críticas que recibió el cuadro fueron de nuevo muy poco alentadoras hasta el extremo que Rossetti -harto- no volvió a exponer en público ninguna obra más, dedicándose a partir de entonces a satisfacer los encargos privados de aquellos industriales que anhelaban sus obras.
Ruskin, avalista del movimiento -o al menos de algunos de sus pintores-, si hizo una valoración positiva y lo describió como "un esfuerzo para obtener una noción real de lo que realmente sucedió en la casa del carpintero de Nazaret". 
Ciertamente todo el simbolismo que contiene el cuadro implica un profundo esfuerzo por captar algo que -desde la fe- supone un momento esencial del fenómeno religioso (abrirse a lo divino) y, desde la óptica cristiana,  es nada menos que el inicio de la Encarnación. Además para Rossetti María era el ejemplo ideal de feminidad y desde ese perspectiva intentó reflejarla como un modelo perfecto de según que valores. Nos muestra a las figuras -el ángel y la Virgen- en un interior muy sencillo, de paredes blancas y prácticamente desprovistas de adornos. El ángel aparece con los pies envueltos en llamas y anuncia a María su mensaje: Ha sido elegida para ser la Madre del Hijo de Dios.
Ésta se encoge temerosa. Gabriel lleva en sus manos una azucena. Las dos flores simbolizan, probablemente, a Dios Padre y al Espíritu Santo y el capullo abriéndose al Cristo todavía no nacido. Cuando Rossetti presentó el lienzo en la National Institution en 1850 produjo bastante revuelo porque lo que ahora nos parece una muestra de sencillez y severo purismo fue considerado en su momento como un modo muy poco ortodoxo de representar la anunciación.
La Virgen (para quien sirvió de modelo la hermana del artista) se mostraba como una mujer vulgar y corriente, sin ningún atributo o característica que hiciese destacar su excepcionalidad y su importancia, además Rossetti la representó reclinada sobre la cama y no leyendo o rezando como venía siendo habitual. Incluso optó por vestirla de blanco y no del convencional azul. 
Algunos autores (Birchall) recalcan el hecho de que en el momento de la exhibición del cuadro la Iglesia de Inglaterra estaba profundamente preocupada por la existencia de un grupo religioso que pretendía revivir rituales y modos de la iglesia primitiva, actividades que parla los ojos anglicanos tenían sospechosas apariencias de catolicismo, más o menos camuflado. Sin duda todo ello influyó en las severas críticas  y, ante las dificultades de venta, Rossetti decidió no volver a pintar temas de carácter religioso y no volver a exponer, como hemos dicho antes, en público.
En 1850 el pintor conoció a Elizabet Siddel (a través de su hermano William Michael Rossetti) de quien se enamoró profundamente, convirtió en su musa y con quien se casaría poco después (aunque no dejaría de tener otras amantes). Su historia tuvo un final triste y trágico ya que Elizabeth se suicidó con una sobredosis de láudano al poco de dar a luz un niño muerto. Rossetti cayó en una fuerte depresión ysu personalidad se volvió bastante desequilibrada. Pintó a su dama, idealizándadola, en varios lienzos (El sueño de Dante ante la muerte de su amada (1856), Beata Beatrix (1863)) y de alguna forma siempre la tuvo presente.

Rossetti abandonó la Hermandad Prerrafaelita en 1863 aunque siguió pintando dentro de los parámetros estéticos de ese movimiento y con un rito de una actividad  creativa cercana al paroxismo.
Sus visiones del ciclo artúrico y su inspiración medieval influyeron mucho en William Morris y Edward Burne-Jones.
Murió de un ataque parálisis cerebral en 1882.
Sus obras forman parte, no solo de un movimiento pictórico especifico, sino que, de alguna forma, ejemplifican el imaginario colectivo de toda una época, siendo muy reproducidas e imitadas.
Lady Lilith (1868).
Ilustración para el libro de poemas de su hermana Christina Rossetti.
 El santo Grial (1860)
 Como Sir Galahad, Sir Bors, y Sir Perceval se alimentaron del Santo Grial. 
 Encontrada (inacabado 1865-1869)
Jane Morris con vestido azul. (1868)
 Pia Tolomei (1868-1880)
 La viuda romana.(1874)
Proserpine (1874)
Venus Verticordia.




























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Su exposición en este blog pretende ser un homenaje y una contribución a la difusión de obras dignas de reconocimiento cultural, sin ninguna merma a los derechos que correspondan a sus legítimos propietarios.
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viernes, 20 de enero de 2017

78. Los Prerrafaelitas (3): William Holman Hunt (1827-1910)

William Homan Hunt (Londres, 1827-1910) fue, junto con Millais y Rossetti -tal y como hemos visto en los post anteriores- uno de los fundadores de la Hermandad Prerrafaelita (y, probablemente, el que más se atuvo durante casi toda su carrera a los principios estéticos de ésta).
Hunt, al contrario que otros pintores del movimiento, nunca fue propuesto para entrar en la Royal Academy. Esta circunstancia, junto con dolorosos trances familiares -enviudó de su primera esposa al dar ésta a luz-, le indujeron a recorrer un camino más independiente y a desistir de presentar sus obras en muestras anuales o colectivas, optando por mostrarlas por libre en galerías como la Grosvenor o la New Gallery.
A pesar de que hoy parece obvia la calidad técnica y el encanto estético de sus obras, éstas no tuvieron al principio demasiado reconocimiento por parte de los críticos de su época que consideraron algunas de ellas bastante toscas o incluso feas. Posteriormente, al imbuirse Hunt en temáticas religiosas, la aceptación general fue mayor.
Cuadros como La luz del mundo (1854) -justo debajo de éstas líneas- le aportaron un creciente reconocimiento.
Dispuesto a documentarse al máximo cara a la realización de otros cuadros de inspiración cristiana,  Hunt decidió viajar hasta Palestina. Allí se empapó de ambientes, luces, estéticas y colores. aunque. en cualquier caso, ésta no fue su única fuente de ideas creativas ya que Hunt fue también fue un excelente paisajista y un muy buen pintor de retratos. Además su capacidad para el detalle .minucioso en extremo-, su excelente sentido del color, y su constante afán por trasladar a sus lienzos fuertes cargas simbólica,s otorgan a su obra un valor inestimable incluso hoy en día.
Al final de su carrera tuvo serios problemas  con la vista que le obligaron a abandonar la pintura.
De hecho su último lienzo, La Dama de Shalott (1892) lo tuvieron que terminar sus ayudantes.
Hunt escribió su propia autobiografía (Prerrafaelismo y la Hermandad Prerrafaelita) en un intento de dejar clara su contribución a dicho movimiento pictórico.
Autorretrato



"El despertar de la conciencia" (1853). Tate Gallery, Londres
Este cuadro escandalizó al público victoriano por mostrar claramente una relación extramatrimonial.
Lo que hoy parece una inocente escena de complicidad -más o menos forzada- entre dos personas que se atraen supuso en su momento poco menos que un shock por su atrevimiento descarado.
El modelo masculino fue Thomas Seddon; el femenino Annie Miller.
El cuadro nos muestra el preciso instante en el que la dama toma conciencia repentinamente de que está a punto de caer en las pretensiones poco honorables del caballero y decide no ceder a las mismas.
Para dar más pistas sobre lo ambiguo de la situación, el artista pintó en todos los dedos de la mano izquierda de la chica -menos el anular precisamente- anillos para dar a entender que la pareja no estaba casada.
El guante en el suelo no es un despiste sino que se convierte en un símbolo de que la joven ha dejado -como mínimo- en entredicho su honor y, para dejar más claro el asunto, el gato agazapado debajo de la mesa persiguiendo a un pajarito es un claro símbolo de como el caballero quiere seducir a la muchacha.
Toda una muestra de la moral victoriana de Hunt.....pero que para un público que prefería ocultar las situaciones de este tipo resultó inadecuada.
http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?f=53&t=9075
"La dama de Shalott"


"Isabel y el jarrón de albahaca" Óleo sobre lienzo. 187x116,5 cm. Newcastle upon Tyne, Laing art Gallery, Tyne and Wear Archives and Museums.
Hunt pintó este cuadro cuando residía en Florencia de camino hacia Oriente Medio. Allí perdió a su mujer, Fannyn a causa de una septicemia cuando daba a luz a su primer hijo.
El tema del cuadro se lo inspiró un poema de Keats, un poeta algo pasado de moda por aquellas fechas, pero que fue sumamente admirado por los prerrafaelistas.
El cuadro nos describe la trágica historia del amor imposible de Isabel, enamorada de un criado de su hermano, Lorenzo. Como su familia no estaba para frivolidades de ese tipo optaron por cortarle la cabeza a Lorenzo, pero éste -ni corto ni perezoso- se le apareció a su amada para indicarle donde yacían sus huesos. Isabel, guida por su amor, cortó la cabeza al cadaver, la envolvió en un paño de seda y la guardo como quien no quiere la cosa, en una discreta maceta de albahaca.
En el cuadro Isabel aparece como transida, envuelta en un vestido de gasa, rodeando con sus brazos el jarrón de mayólica -que incluye calaveras y todo- en donde ha guardado la cabeza de su amado como si fuese una preciada reliquia.
El cuadro nos muestra también  el cuidadoso decorado italiano de la sala, llena de muebles y complementos. El paño que cubre el peculiar altar muestra inscripciones: "Lorenzo" y "El amor es más fuerte que la muerte".
El cuadro, sumamente romántico, tuvo muy buena acogida y se hicieron infinidad de grabados del mismo.
Poco después su autor se casaba con Edith, la hermana de su viuda, que había ido a encargarse del niño de su hermana. Lo hicieron en 1875 en Suiza porque por aquellos años en Inglaterra estaba prohibido casarse con las cuñadas. ¡Cosas de la época!





"La sombra de la muerte" (1873). 214,2 x 168,2 cm. Manchester Art Gallery.
En esta pintura trabajó Hunt durante su segundo viaje a Tierra Santa.
En ella se nos muestra como mientras María abre un arcón en el que guarda alguno de los regalos de los Reyes Magos, se ve sorprendida al observar una sombra  en la pared producida por su hijo al levantar los brazos después de una jornada de trabajo, sombre que prefigura claramente la futura crucifixión.
Hunt era una persona profundamente religiosa y como buen protestante creía firmemente en la historicidad de Jesús. El pintor procuró plasmar en esta obra -una de las más grandes y realmente notabls- muchos detalles que contribuyesen a situar el tema en su preciso contexto histórico y geográfico. 
Jesús aparece trabajando en un taller de carpintería y tras la ventana se puede observar el típico paisaje galileo. El arco de la ventana contribuye, como quien no quiere la cosa, a enmarcar su cabeza bajo una aureola de santidad; la cinta roja, que se encuentra como caída en el extremo inferior derecho, simboliza la futura corona de espinas; dos granadas que se encuentra en el alfeizar de la ventana dan pistas sobre la resurrección....... Hunt no ahorró esfuerzos para la realización de este cuadro -como narra en su diario- y visitó infinidad de talleres de carpintería en Belén y pueblos limítrofes para captar el ambiente y la luz que pudieron darse realmente en una situación como esa.
Para la figura de la virgen utilizó como modelo a su cocinera y para la de Jesús a diversos modelos todos nativos de la zona.
Entre ambientes trabajadores esta obra tuvo muy buena acogida, pero en círculos más doctos como los de Oxford se consideró casi como blasfema. En cualquier caso la obra de Hunt -que ya era por esos años una celebridad- tuvo mucho éxito y alcanzó una cifra de venta altísima, amen de verse tambien reproducida en infinidad de grabados.



"El pastor veleidoso". 76,4 x 109,5 cm. Manchester Art Gallery.
Cuadro expuesto en la Royal Academy en 1852, bien aceptado por el público y cargado de simbolismo -contra la iglesia anglicana- como bien reconoció el su autor posteriormente. Heather Birchall, en su libro sobre el prerrafaelismo, clarifica significados. El pastor representa a la iglesia protestante; la pastora seductora, posiblemente, a la iglesia católica; a ella  incluso se le ha acercado una oveja cándida que, para más inri, se está comiendo en su regazo una manzana ácida que -presuntamente- recibe de la zagala, aunque es sabido que las manzanas verdes suelen ser mortales para los corderos. Una segunda oveja, posiblemente una alegoría de un converso al catolicismo, se dirige hacia un campo de trigo -mies bien cuidada- alejándose del rebaño y de su pastor. Cerca del pastor y su dama hay ovejas que parecen hinchadas o muertas, tendidas sobre la hierba. En definitiva: La iglesia anglicana se deja comer la tostada y descuida su grey en beneficio de otros.
Todas las imágenes y/o vídeos que se muestran  corresponden al artista o artistas referenciados.
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